Los tambores también tienen ciclos.
A veces se desgastan, se rompen, o simplemente necesitan un descanso.
Si el tuyo está cansado, herido o en silencio, puedo ayudarte a devolverle la voz.
Trabajo con cuidado, respeto y escucha, honrando la historia, el espíritu y la energía que habita en cada tambor.
Ya sea que necesite un parche nuevo, una reparación profunda o simplemente un poco de atención, me comprometo a acompañar ese proceso con la misma dedicación con la que creo un tambor nuevo.
Porque restaurar también es crear, y cada instrumento merece volver a sonar.
Hablemos.